Domingo, día de tirada
larga. Tras unos días grises, presididos por la caída del líquido elemento, el día
amanece despejado. Quizás ese sol, también haya conseguido alejar algo los
nubarrones que sobre la rutina de entrenamiento se habían instalado. Tras 10 días
de tener entre algodones a mi tibia izquierda, hoy a tocado salir a probar el
estado de la misma. El día anterior había quedado con Ismael para ir a rodar al
monte, por el momento intentare que mis pies toquen terreno mas mullido que el
duro asfalto. La perspectiva de compartir el rodaje con alguien me anima a
levantarme de la cama, además se habían añadido dos componentes más al grupo de
entreno: Gonzalo y Francisco. La mañana pinta bien.
A
la hora convenida estoy en la puerta de Ismael, nos damos el parte de novedades
nocturno, consistente en contarnos como ha tenido a bien dormir la familia
jeje. Pasamos a recoger a Gonzalo y Francisco y nos vamos para el monte. Hace
una mañana ideal para correr, terreno blando por las últimas lluvias y mañana
soleada, aunque algo fría. Las dudas acerca de la cantidad de ropa se disipan
tras los primeros metros.
El
ritmo es cómodo permite ir charlando animadamente: ritmos, próximas carreras, algún
chiste de Gonzalo, a este último lo llevamos sujeto con correa, creo que es la
primera vez que rueda como dios manda. Ese es el consuelo que nos queda a los
que no gastamos ritmos vertiginosos, pensar que nuestro ritmo es el mas idóneo
para entrenar.
Yo
ando pendiente de la más minima señal de mi tibia para parar. No me molesta,
salvo algún pinchazo a modo de recordatorio de lo que tengo ahí. Decido hacer
solo 10 Km .,
no quiero forzar en el reencuentro con el running. Francisco acaba conmigo,
mientras Ismael y Gonzalo continúan, en compañía de Martínez. A Ismael se le
nota la pequeña regularidad que ha conseguido alcanzar en los éntrenos, cosa de
la que me alegro, ya que se lo complicado que es cuadrar el puzzle para poder
salir a sufrir un rato.
En
la vuelta al pueblo, ya comentamos la salida del próximo día: Media Marathon de
Miguelturra. Veremos.
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